El Periodismo Deportivo y su habitual crisis existencial veraniega.
El Periodismo Deportivo pasa todos los años por la misma situación. Las vacaciones de los planteles, deberían serlo para los periodistas, programas y diarios, pero el negocio nunca deja de rodar. Es entonces donde nos encontramos en los que algunos llaman “danzas de nombres” en cuanto a refuerzos o entrenadores y otros más duros le llaman, el “mercado de humo”. Claro, esto se debe a que se tiran nombres de refuerzos que jamás llegan a destino y se “juega” con la ilusión del hincha. El mismo hincha que no soporta no tener información, al menos del lugar que vacacionan sus ídolos. Esto pasa todos los veranos, siempre, pero este verano tuvo sus particularidades. Por un lado, Instituto debutaba con manager, Belgrano intenta armarse para salir “campeón” según su presidente y Talleres….Talleres no tiene entrenador. De nuestros equipos, vamos a tomar algunos ejemplos, pero no serán el eje central de la Columna, porque el eje central es el Periodismo.
Quizás deberíamos arrancar tratando de descifrar que significa “vender humo”. En principio podríamos decir que para algunos significa “magnificar las cosas” y para otros, mentir. Aquí, hay que marcar diferencias dentro de nuestra profesión. Ser Periodista Independiente te da la ventaja de trabajar cuando quieras. Queres cerrar “el boliche” durante las vacaciones, lo haces. Queres seguir laburando en el verano, investigas sobre refuerzos y demás. La contra de ser Periodista Independiente, es que te pasas más tiempo intentando vender publicidad, que haciendo Periodismo. En la vereda de enfrente, esta aquel que tiene la posibilidad de trabajar en un medio de comunicación importante. Ahí la ventaja es que te pagan por tu trabajo y la contra es que te exigen primicias, notas, novedades y no te aceptan un “no tengo información” como respuesta. La lógica es vender, ganar suscriptores y para eso se necesita, noticias. En cualquiera de los contextos, el periodista es noble y busca datos sin intención de mentir. Puede llegar a fuentes no tan directas, que te tiran un nombre y en base a eso vos haces tu trabajo. El periodista es por naturaleza honesto. Obviamente que hay de los otros, pero como en todas las profesiones, por suerte son los menos. Pero hay dos grupos de personas que critican la forma de hacer periodismo. Los hinchas y los propios periodistas. Si, como leyó y aquí usamos unos ejemplos.
Un periodista anuncia una bomba en el mercado de pases de Instituto. Genera expectativa y promete dar al otro día la información. Cuando la publica, cuenta como se contactó con familiares del jugador y estos le confesaron que Sebastián Ribas podía bajar de categoría y jugar en la Gloria. Un sin fin de hinchas lo destrataron porque era noticia “vieja” y eso ya se sabía. Nadie puso énfasis en que el periodista (que no pertenece a un pez gordo de los medios) hizo lo que “debe hacer” un periodista: buscó, buscó, hasta que dio con una fuente confiable. La gente hasta quería ponerlo en una “lista negra” de periodistas vende humo. Pero de los cyber hincha todo puede esperarse. Pero de un colega, no puede esperarse cualquier cosa. Así fue que le salieron al cruce, aquellos que tiene el privilegio de trabajar en un medio “grande” refregando que en ese medio “la noticia había salido hace 10 días”. ¿Y qué tiene que ver? ¿Eso lo hace menos periodista? Vergüenza debería sentir quien sentado en una posición de poder, sale a “cancherear” cuando en realidad, no te atienden el teléfono por quien sos individualmente, sino por, para quien trabajas. El compañerismo está lejos de ser una virtud de esta profesión.
Quien será el entrenador de Talleres, ha sido la novela del verano (en pasado, porque cuando la columna vea la luz, capaz la T ya tenga entrenador). Hinchas ávidos de información, periodistas en busca de datos en un club donde ni un parte médico te pasan, entonces no se sabe si un jugador tiene un desgarro o se rompió los ligamentos, imagine el resto de la in formación. Salieron miles de nombres a la luz. Algunos coincidían, otros ni por asomo. Desde allegados al club todo se desmentía. Que Fassi no habló con este ni con aquel, como si la única manera de sondear un entrenador sea con un llamado del Presidente. El hecho llegó a la cúspide con Fran Kudelka. Periodistas importantes con datos chequeados hablaban de oferta al técnico de Huracán, importantes periodistas desmentían todo. Hasta ahí, un tira y afloje. Pero después, viene lo peor. Que un hincha te manden a ”hacer periodismo” puede resultar gracioso, es como que yo le explique a un arquitecto, como hacer un plano. Pero salió a escena una casta periodística que parece tener la verdad de cómo hacer periodismo. Desmereciendo a colegas que hacen su laburo sin otra intención que informar. Puede que no tengan la “posta” pero no se merecen el destrato de llamarlos “pseudos” “vende humo” y demás cosas, menos si quien lo dice tiene una posición privilegiada para obtener esa información. Si uno tiene el dato fehaciente y no coincide con el del colega, se lo pone en la mesa pero no se desmerece al otro, que casi con seguridad hizo todo por tener la información y no inventó absolutamente nada. Nadie escribió el “manual del buen periodista” simplemente porque nadie está por encima del resto, como para tener esa potestad.
Como verá, la respuesta a la pregunta del título, no la encontrará acá. Simplemente porque quien las escribe es un habitante más de la jungla periodística. Quizás mi nombre se borre con el tiempo y nadie recuerde que escribía estas columnas, pero tampoco me recordaran por marcar con el dedo a nadie. Y eso será, porque nadie puede decir cómo se “hace periodismo” sobre todo cuando en la profesión sobra la honestidad y la profesionalidad. Si alguien piensa lo contrario, debe probarlo. No es el acusado quien debe probar su inocencia, sino aquel que lo acusa probar la culpabilidad. No es invento mío, se llama “presunción de inocencia” y existe tanto en la vida, como en el Periodismo.