¿Que ocurre?
En marzo de 2020 el mundo fue declarado en pandemia producto de la gran difusión del Covid-19. Pero esa no es la novedad, hoy casi dos años después seguimos preguntándonos ¿Cuando se termina esto?. Y parece cosa de no acabar, las distintas fuentes de información publican que existen mutaciones como moneda corriente.
Desde los comienzos de la difusión de virus hasta ahora un avance científico que presentó resultados, al menos en la baja de morbilidad y mortalidad es la vacunación. Laboratorios más, laboratorios menos hay fórmulas aplicables que evitan la complejización de los casos. Pero como todo dilema en este mundo, se trasformó en una discusión dicotómica. Vacunas si, vacunas no.
Se abre una brecha entre el pensamiento de que la salud es un acto individual o uno social. Solo podemos decir que: la salud es un acto individual en tanto tu estado integral no afecte a otros. Por lo tanto si yo me contagio y llevo el virus a otras personas estoy perjudicando a los demás. También es pertinente pensar, que si me enfermo de gravedad debo asistir a un sistema de salud para que estabilicen mi cuadro y nuevamente pongo en riesgo al personal de salud.
En esa dicotomía la corriente antivacunas ha expresado su opinión. Entre ellos surgen algunos deportistas. Veamos algunos ejemplos:
El último escándalo lo protagonizó Novak Djokovic. El tenista serbio no quiso vacunarse y pidió que lo exceptúen para poder jugar el Abierto de Australia. Primero la novela iba a tener un final feliz para el tenista, hasta que el reclamo tomó mayor relevancia porque Natalia Vikhlyantseva que sí tiene el esquema completo, no le permiten participar porque tiene la vacuna Sputnik-V. Finalmente el serbio no sólo se quedó fuera del torneo, sino que le revocaron el visado y fue aislado en el Hotel Park de la ciudad de Melbourne.
Kyrie Irving, el base de los Brooklyn Nets, volvió a jugar en la NBA a pesar de no inocularse. En un principio repudiaron su postura antivacuna pero las lesiones y falta de jugadores hicieron que Irving pise la cancha nuevamente. El jugador osó decir que las vacunas son objetos satánicos. Incluso hay en regiones de Estados Unidos en las que el basquetbolista no puede jugar por las restricciones a personas no vacunadas.
Frédéric Sinistra, tres veces campeón mundial de kickboxing, se opuso a la vacuna, fue un negacionista del virus y esto lo mató. ‘El hombre más fuerte de Bélgica’ falleció por complicaciones pulmonares derivadas del Corona y esto reabrió la polémica.
Aunque parezca irrelevante en la búsqueda de estas posturas radicales no aparece ninguna deportista mujer que se haya pronunciado en contra de la vacunación. ¿Será que no hay?, ¿Será que sus casos no son noticia?.
En fin, estos personajes son ilustrativos, de una situación que atañe más allá del deporte. Una pandemia refleja un problema colectivo a nivel mundial, donde entra en juego no sólo la salud sino todos los sistemas. Y requiere decisiones políticas y económicas para sobrellevar la situación. Mientras tanto los cuerpos que no se han vacunado, son la fuente de mutación del Corona.
Pero no todo pasa por lo físico. Tenemos que comprender que la salud es integral, por eso es pertinente que cuidemos la salud mental, ambiental y social. Pues no somos seres individuales solamente, necesitamos de otros para vivir.