Leila Pereira, la mujer detrás del Palmeiras campeón de América.

En Brasil la llaman “la Tía”, aunque los hinchas del Palmeiras la reconocen como la madre de todas las victorias recientes. Si bien iniciará su presidencia dentro de un par de semanas, Leila Mejdalani Pereira (57) ha sido la jugadora más importante de los últimos siete años en una institución que en menos de 365 días acaba de sumar a sus vitrinas dos Copa Libertadores de América, la 2020 que pateó la pandemia y la 2021. Talleres y bolillero mediante, quizá la podamos conocer en persona durante la próxima edición del certamen de clubes más importante del continente.

Además del histórico doblete en la competencia de la Conmebol, Palmeiras ganó un Campeonato Paulista, dos Brasileirão y dos Copas de Brasil desde que en 2014 unió su destino con el de su principal sponsor y sostén económico: Crefisa. Se trata de la financiera devenida en banco privado que el empresario José Roberto Lamacchia creó en 1964, el año del golpe militar que derrocó al presidente constitucional Joäo Goulart y que inauguró una dictadura de más de dos décadas en el vecino país.

En aquellos tiempos Leila apenas gateaba. Sus primeros pasos en el fútbol los daría durante la disputa del Mundial de Italia ’90, en una pasantía que hizo en la TV Manchete mientras completaba su licenciatura en periodismo. Después se dedicaría a la abogacía con la idea fija de llegar a ser jueza, pero el matrimonio con Lamacchia le trastocaría los planes: hoy es presidenta de Crefisa y de otras 12 firmas del emporio familiar, y máxima autoridad de la universidad privada Faculdade das Américas (FAM), también patrocinadora del Verdao. “Palmeiras empezó a gustarme por mi marido y hoy puedo decir que soy más hincha del club que él”, supo contar en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo.

Te quiero, verde

“Esta es una asociación en la que todos ganan: el club recibe recursos para trabajar con un buen equipo, los aficionados ven a su equipo ganar y nuestra marca obtiene una enorme exposición”, sostiene Tía Leila al hablar de la relación entre sus empresas y Palmeiras. “Fue por amor”, subraya cuando le consultan sobre el origen de este matrimonio que -salvo un improbable divorcio, algo así como que se desconozca a sí misma mirándose en el espejo- celebrará en 2014 sus Bodas de Aluminio.

Siguiendo la lógica del prestamista, Crefisa se acercó al fútbol como un comedido oferente de soluciones en tiempos de crisis y fue generando un vínculo de dependencia que encontró su caldo de cultivo en la ley de sociedades anónimas deportivas que impulsó el gobierno de Jair Bolsonaro. La alianza estratégica renovó sus votos meses atrás con la firma de un combo que, con “papas y gaseosa grande” (léase premios y extras) podría alcanzar los 100 millones de dólares en el próximo trienio.

El alcance del convenio, el más importante firmado por un equipo de fútbol en América Latina, coincide con los tiempos del mandato de Pereira, quien llegó al sillón presidencial tras haber sido consejera y asesora letrada del club. “Palmeiras de Todos”, la única lista que se presentó a los comicios del 20 de noviembre, necesitaba la mitad más uno de los votos para asegurarse el poder y terminó obteniendo el 88,6%. “No quiero el segundo lugar, quiero el primero. Vamos a luchar para tener un Palmeiras victorioso y también para acercar a nuestros millones de torcedores”, expresó en su primer discurso con la banda presidencial.

Por lo pronto, el reciente título internacional le aseguró al Verdao un premio de US$ 22,5 millones y una ganancia de entre US$ 5,7 millones y US$ 9,2 millones por los otros compromisos que agregó a su agenda: Recopa Sudamericana, Libertadores 2022 y Mundial de Clubes.

La Caja de Pandora

“Todos saben que mis empresas invierten mucho dinero en publicidad, aunque la camiseta de Palmeiras es diferente a todo”, recita Pereira en alusión al vínculo entre Crefisa y el Verdao. Son esos lazos comerciales los que seguramente ayudaron para blindarla a ella y a su esposo cuando meses atrás empezaron a saltar las esquirlas de los “Pandora Papers”. Ambos aparecieron como lo dueños de Koba Investor Limited, una
offshore inscripta en las Islas Vírgenes Británicas en 2008.

Tía Leila también ha sabido sacar provecho de sus afinidades con Jair Bolsonaro, con quien se mostró varias veces en el palco del Allianz Arena. El mandatario brasileño es un reconocido hincha del Palmeiras, aunque desde su salto desde el paracaidismo hacia la política se ha convertido en un camaleón del fútbol. Hay medios que reportan haberlo visto en lugares públicos con 72 casacas diferentes de equipos brasileños.

Tribunero como pocos, el excapitán del ejército le dio su apoyo al rival de Palmeiras en una puesta en escena que llevó adelante en Río de Janeiro en la víspera de la final de la Libertadores 2021: “Mañana todos somos Flamengo”. Lanzado en campaña para el próximo año en busca de una complicada reelección, Bolsonaro hizo rápidas cuentas: la cifra de hinchas que en Brasil tiene el rojinegro carioca, un poco más de 40 millones, triplica a la cantidad de los que expresan simpatía por el verde paulista.

Hay también quienes atribuyen aquel fallido respaldo a la amistad que el mandatario tiene con Renato Portaluppi, su asesor en materia de deportes y su “pollo” para ocupar el cargo de entrenador de la selección. A Renato lo eyectaron del Flamengo minutos después que el árbitro Néstor Pitana marcara el final del encuentro definitorio en el Estadio Centenario. Marcelo Gallardo es uno de los nombres que suena para suceder a Renato. Y aquí la historia nuevamente puede llegar a emparentarse con Talleres.

“El Muñeco” también es pretendido por la Asociación Uruguaya de Fútbol, que tiene como Plan B a Diego Aguirre, Alexander Medina vendría a ser el Plan C, o algo por el estilo. Si bien en el Millonario las opciones que se barajan para el post-Gallardo tiene que ver con “hombres de la casa” (Matías Biscay, Hernán Crespo, Martín Demichelis), tampoco hay que descartarlo al “Cacique”. No sería sorpresa. Por su sintonía fina con el entrenador más ganador de la historia riverplatense, amasada en sus tiempos compartidos en Nacional de Montevideo. Y sus méritos, obvio. Porque el más grande sigue siendo River Plate, como dice la marchita; pero el que le sigue es Talleres, si tomamos a la tabla como partitura.