El fútbol inglés, le volvió a abrir las puertas a los fondos multimillonarios, que deciden invertir en este deporte. Esta vez le tocó al Newcastle, que pasó a ser propiedad del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, por la cifra de 350 millones de Euros. De esta manera, Arabia Saudita se sienta a “competir” con los fondos que manejan otros clubes y que representan a Qatar o a los Emiratos Árabes Unidos, en una clara movida geopolítica. Mientras miles de hinchas celebraban en Saint Jame’s Park, pocos se preguntaban quienes eran estos inversores y a qué respondían. Capaz que por eso celebraban, por desconocimiento o porque no les importa nada más, que salir a romper mercados de pases en breve.
El Fondo le pertenece al príncipe heredero del reino, Mohamed bin Salman, nada más ni nada menos, que tiene algunos muertos que esconder y esto es literal. Normalmente los medios hegemónicos poco eco se hacen de los crímenes de los países aliados a occidente. Si los gobiernos tienden a la izquierda, rápidamente se verán titulares de crímenes, impunidad o corrupción. Pero el resto de las cosas que pasan a la derecha del sistema, nadie la ve, nadie las cuenta. Lo claro es que Arabia Saudita es un régimen y dentro de él se asesinan personas, como el caso del periodista Jamai Kadhoggi, cuyo cadáver fue descuartizado después de asistir a un evento en la embajada Saudí en Estambul. En éste caso, es un detalle menor y muy poco relevante para la FA y los hinchas de las Urracas.
Una de las preguntas más importantes sería ¿Gana algo la Premier League dejando entrar éstos fondos? Porque lejos está de fomentar la competencia, por el contrario, la monopoliza en un puñado de clubes. Es difícil entender la lógica del ente regulador, salvó que todo se entienda como (solo) un negocio una vez más.
Y no me quiero olvidar de los hinchas del Newcastle. Es que, los nuestros son tan bastardeados, minimizados y se le cuelga el cartel de “termos” y sin embargo, son menos que los de las Urracas. Festejos, disfraces y demás cotillón, celebrando la compra y pensando en los refuerzos, sin atinar levemente, a pensar quienes son los inversores, disculpen el romanticismo, pero está esto lejos del sentido de pertenencia.
Poco claro me queda, que se celebra. Me cuesta entenderlo, porque el fútbol no es solo 22 tipos tras una pelota, es un montón de otras cosas que pasan y giran alrededor. Pasa el tiempo y el fútbol se parece cada vez más a un deporte sin reglas. Claro, sin reglas financieras y claramente no le importa, lo relevante será ganar a cualquier precio. Un precio alto en millones, como para comprar “termos” más caros….