El trío más mentado de estos días entre los entrenadores argentinos.

Ser o estar. ¿A quién no le gustaría ponerse el buzo de Mauricio Pochettino y sentarse al menos por un ratito en el banco del Paris Saint Germain? Paso. No soy director técnico, ni lo quiero volver a ser. Demasiado con esos campeonatos Interprensa en los que, de puro comedido, uno terminaba al costado de la cancha yendo y viniendo más veces que Sampaoli y Beccacece juntos y con más tics y TOC que el Doctor Bilardo.

Menuda tarea la de “Poch”: administrar un plantel millonario en talento, euros y egos, obligado a ganar la Liga 1, la Copa de Francia, la Champions y todo lo que juegue, y siempre pendiendo de un hilo. O de varios: los gestos de Lionel Messi, los tweets del hermano del emir que desenfunda los petrodólares, los retweets de la esposa de un jugador con pocos minutos en la cancha o el augurio de “corta vida” en el club de los qataríes de algún excolega. Todo eso sin hablar de los “panelistas” de turno -esta semana Karim Benzema y el representante de Neymar- que vienen agitando las salidas de Kilian Mbappé y del atacante brasileño de Paris. Oh Lá Lá.

Y sobre llovido, mojado: se abrió la caja del Pandora Papers y, semejando los tiempos de mononauta de Daniel Scioli, el nombre del DT del Dream Team galo apareció en el primer puesto de la categoría offshore.

Administrar riquezas

Tampoco está exento Lionel Scaloni de tentarse a poner cuatro delanteros al mismo tiempo, como Pochettino en el PSG o uno de nosotros jugando al FIFA 21 o al Gran DT. Pero al menos los puede elegir él. Más allá de algunas concesiones, hacia afuera y hacia adentro, el hombre ha acertado bastante en este rubro. Nombres que ni los futboleros tenían en el radar, como “Dibu” Martínez, ”Cuti” Romero o Nahuel Molina, terminaron calzando a la perfección en el puzzle que tiene a Messi como pieza central.

Haber sabido rodear a “la Pulga” en el rectángulo de césped y fortalecer su liderazgo en el círculo íntimo también son méritos del seleccionador y sus colaboradores, donde sobresale el ídolo de Messi Pablo Aimar. Por suerte, el exdefensor de Newell´s, Estudiantes, La Coruña, Mallorca, West Ham, Racing de Santander, Lazio, Atalanta y los seleccionados de Pekerman y Bielsa eligió diferenciarse de la mayoría de sus antecesores, que adulaban al “10” como cholulos y después le tiraban el equipo por la cabeza para que gambeteara todo lo que pudiera en soledad. Con este Messi modelo 2021, que viene sin caja de sexta, hubiera sido como pegarse un tiro en los pies.

Empate técnico

Aunque el ciclo Scaloni se construyó sobre una “falla geológica” -la propia inexperiencia del director técnico y la repentina amnesia que le hizo extraviar su sentido de pertenencia al eyectado team Sampaoli-, hay que reconocer que la lleva bastante bien. Mucho mejor de lo esperado.

La obtención de la Copa América le dio aire para llegar sin sobresaltos al Mundial de Qatar 2022, y las cuentas que lleva en la clasificación sudamericana le otorgan margen, de aquí hasta noviembre del año próximo, para invertir más en potenciar la propuesta que en enfocarse en sumar.

Una buena cosecha de puntos en la triple fecha de octubre -contra Paraguay en Asunción y frente a Uruguay y Perú en Buenos Aires- puede dejar al representativo albiceleste muy cerquita del “corte” de clasificación.

Lo concreto es que a esta altura del partido ya nadie pide a Pochettino, Bielsa o Simeone (¡Ni a Almirón, por suerte!) para el cargo de conductor del primer equipo de la AFA. Tampoco a Marcelo Gallardo, que después del superclásico triunfo ante Boca vuelve a posicionarse como el mejor de todos los que en esta parte del universo futbolero juegan “del otro lado de
la línea de cal”. Más allá de que le hayan reprogramado los vuelos internacionales para el próximo año.

“¿Para qué me lo van a llevar a la selección si después no lo van a poner?”, reflexionó en voz alta el entrenador de River Plate hablando de la figura repetida del actual campeonato de la Liga Profesional: el cordobés Julián Álvarez. Otro tiro por elevación para la dirigencia del fútbol argentino (y van…), en medio de los rumores que lo vinculan con el Barcelona FC. “Mi pensamiento y mi decisión es cumplir el contrato con River”, declaró “el Muñeco”. Nadie se sorprendió demasiado. A mí tampoco me gustaría estar en los pies del holandés Ronald Koeman en estos tiempos convulsionados por la independencia de Messi del equipo más popular de Catalunya.