Horacio Muratore, habló en exclusiva con GOLANDPOP sobre el desarrollo del básquetbol argentino, los momentos históricos que marcaron la selección y una película que se viene sobre tres entrenadores.
Su carrera en el mundo del básquet inició siendo jugador y luego presidente del Club Tucumán. También fue titular de la Federación Tucumana de Básquetbol desde 1983 a 1992 y presidente de la Confederación Argentina de Basquetbol (CABB) entre 1992 y 2008. Luego lideró la Confederación Sudamericana de Básquetbol (CONSUBASQUET).
De este modo llegó a ser presidente de Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) desde 2014 a 2019. Actualmente es el Presidente Honorario de la asociación máxima del básquet, la autoridad de la Fundación de dicha Federación y de la Basketball Champions League.
Sin imaginarlo el apellido Muratore se transformó en una leyenda de la pelota naranja, desde el interior del interior hacia el mundo. Dejó su estudio contable, la Facultad de Tucumán y poco a poco se metió de lleno con el deporte nacional e internacional. Con él nació y se vanaglorió una de las generaciones más importantes para la historia argentina.
“La generación dorada empezó de cero conmigo y llegamos hasta campeones olímpicos en el 2004 y medalla de bronce en Beijin 2008. No es que éramos los mejores, estuvimos cuatro años como números uno en el ranking de FIBA, eso quiere decir que hicimos mejor la cosas que Estados Unidos. Fuimos bajando y ahora estamos en el puesto cuatro”
Cuando empezó el ciclo dirigencial, la CABB tuvo que acomodarse a una situación económica desfavorable, sin embargo esa generación de jugadores se pudo ir a vivir afuera y prepararse. “Nuestra idea siempre fue darle continuidad técnica” primero Vecchio, luego Lamas, más tarde Magnano y de ahí “queríamos que vuelva Julio, pero no se dio y así llegó la Oveja Hernández, reemplazar a un técnico campeón no era fácil e hizo una actuación increíble”.
Ahora, primicia de Muratore, se viene una película que engloba la historia de la generación dorada, con los tres técnicos que marcaron ese ciclo y el dirigente como presentador de ese relato. Un guión que se fue escribiendo solo, marcado por la emoción, el liderazgo y el compromiso.
“Hoy no tenemos un Oberto, un Ginobili o un Nocioni y eso me tiene preocupado. Yo veo a los menores y no ganamos, no por lo técnico ahí somos muy buenos, sino por lo físico”.
Desde su labor en la fundación FIBA se encarga de conservar el valor histórico a través de sus bibliotecas con el recopilado de información y fomentando actividades culturales. También cuenta con un programa deportivo, “lo que hacemos ahí es crear líderes en igualdad de género”. El fomento del minibasquet y el 3×3 ya se “llevó a cabo en 215 federaciones en todo el mundo. Solo restan algunas del Caribe y de África de habla inglesa”.
– ¿Cómo se rearma la Liga de Las Américas?
– Este año hemos incorporado a Canadá y Puerto Rico. Hemos recuperado a México, tras un problema dirigencial, vuelve Colombia, Venezuela y estamos viendo de incorporar a Dominicana. Tenemos 18 equipos, nuestro campeón de Liga de América va a jugar con el campeón de Europa. Ahora hemos hecho con la NBA una Champions en África y en Asía, comenzamos ahora con la unión de sus tres ligas.
– ¿Que ocurre con el básquet femenino?
– El bronce de Tailandia fue un antes y un después para el básquet femenino. Porque lo digo, porque no había presupuesto para nada, yo me arrodillaba y lloraba a los ministros hasta que conseguíamos las cosas. Hemos podido seguir adelante con un esfuerzo enorme de ellas que no cobraban, solamente tenían los viáticos. Hasta que logramos que un ministro le pagara al cuerpo técnico y becas a las chicas de selección. Y ahora el gran objetivo es llegar a los Juegos Olímpicos, se está haciendo todo para eso.
El progreso que han hecho las mujeres en el mundo gracias a los tres proyectos que hemos lanzado en FIBA es impresionante. “No queremos solamente mujeres que jueguen al básquet, queremos mujeres técnicas, arbitras, presidentas, administradoras, las capacitamos para esto y tenemos muy buenos resultados”.
De Pekin 2008 a Paris 2024, experiencias que no son las mimas pero que están bañadas en oro. Juan Curuchet y José Torres están unidos por el deporte sobre dos ruedas. Aunque son diferentes diciplinas ambos tuvieron la posibilidad de vivir las Olimpiadas desde adentro y escuchar el himno en lo más alto del podio.
En esta ocasión el apoyo de Curuchet, junto a otros medallistas argentinos como Santiago Lange y Paula Pareto, fueron clave para la delegación argentina. Una vez retirados del alto rendimiento, los atletas, trabajan unidos para trasmitir el legado y mejorar las condiciones del deporte olímpico.
“El – José Torres – me dijo medalla o yeso”
¿Como viviste los Juegos Olímpicos desde adentro?
En particular en este juego, comparado con los otros que estuviste, como lo viste?
“De los 9 Juegos Olímpicos que estuve este no me gustó, por lo que sienten los atletas”
Te vimos acompañando a “Maligno” Torres, ¿como fue el momento de la final?
Se está cerrando un ciclo de varios deportistas, sobre todo en los deportes grupales. ¿Como crees que impacte el recambio, que crees que se venga para la delegación?
¿Que crees que te enseño el deporte y que le dejaste vos a tu diciplina?
¿Como ves la financiación/organización del deporte actualmente y la factibilidad de desarrollar una carrera deportiva en el país?
“Todos los dirigentes tendremos y tendrán que luchar porque nuestros atletas tengan las cosas para cumplir sus sueños. Que cuando vos estés frente a un rival la diferencia sea que el otro sea mejor y no porque tenga mejor infraestructura”
La despedida de “Los Pumas” de los Juegos Olímpicos estuvo cargada de emociones. Gastón Revol, emblema del equipo, jugó su ultimo partido vistiendo la albiceleste tras una larga trayectoria. El jugador cordobés estuvo presente en tres olimpiadas y fue medallista de bronce en Tokio 2020+1. Además presenció más de 100 fechas del circuito Seven teniendo grandes actuaciones; con lo cual su salida no significa una solo despedida, sino que se convierte en un antes y un después en la selección de rugby argentina.
“Ya no tenia más nada para darle al equipo, porque no tenia más energía. Fueron muchos años, mucho tiempo, mucha energía puesta en este equipo”