Horacio Calcaterra, el santafesino que jugó un partido en la primera de Rosario Central, se marchó hace 11 años a Perú y el lunes buscará la clasificación al Mundial con la selección que dirige Ricardo Gareca.

-Hola, ¿vos sos el capitán, no?

-Hola, sí.

La pregunta de este periodista -amén de la cada vez más escasa confianza en lo que ven sus anteojos- fue absolutamente de rigor. El mate y el termo en la mesita contigua a uno de los sillones del lobby del hotel hacían inconfundible al único argentino del plantel de Sporting Cristal. Acompañado por muchos hinchas que se paseaban por los pasillos del alojamiento, el conjunto limeño esperaba en Córdoba el partido contra Talleres por el Grupo H de la Copa Libertadores de América, el pasado 25 de abril. Y ahí estaba Horacio Calcaterra, cumpliendo con el ritual que nunca abandonó a pesar de los 11 años que lleva jugando al fútbol en Perú.

“¿Está muy cambiado el Kempes? Recuerdo que unos tíos me trajeron a ver un partido cuando yo era chico, todavía le decían Chateau Carreras”, abrió el juego el futbolista, haciendo gala de la humildad que lo ha convertido en líder de su equipo adentro y afuera de la cancha.

Oriundo de Correa, un pueblo santafesino de 6.000 habitantes. y con pasado en Rosario Central, donde hizo inferiores y llegó a jugar un partido en primera, “Calca” cantó los “33” el último 22 de febrero. Dice que piensa jugar a la pelota dos o tres años más y que posiblemente luego se volverá para sus pagos. “Mi familia y yo estamos muy bien en Perú. El tema es que tengo tres hijos chicos y cada vez les cuesta más separarse de los abuelos cuando nos tenemos que volver de las vacaciones o las Fiestas”, apunta.

Roberto Mosquera frunce el ceño y hace un gesto de incredulidad cuando, café de por medio, le comentan de este pensamiento del jugador al que le confía la posición de volante derecho y la cinta de capitán. “No creo que Sporting Cristal lo deje ir así no más, porque es una persona que se ha identificado mucho con la institución”, asegura el ex wing derecho del Talleres de 1981. “Para nosotros es muy importante en el campo y también en el vestuario, donde es un verdadero ejemplo para sus compañeros”, enfatiza el seis veces Gran DT del país incaico. Calcaterra no parece estar tan seguro como el estratega de su equipo: “A fin de año se me vence el contrato y no sé qué irá a pasar”, comenta. Puesto al tanto de la incertidumbre de su referente en el campo de juego, Mosquera se ríe.

La década ganada

Calcaterra llegó a Perú en 2011. Hernán Lisa, quien había sido su entrenador en ‘el Canalla’, lo tentó a probar suerte en Unión Comercio, conocido como “el equipo de la selva”. Llegó como un perfecto desconocido, se puso la “10” y terminó siendo el jugador más requerido del siguiente mercado de pases, luego de jugar en gran nivel y lograr con su equipo una histórica clasificación a la Copa Sudamericana. Universitario de Deportes les ganó la pulseada a otros dos clubes y lo sumó a sus filas en 2012. Al año siguiente, comenzaría su idilio con Sporting Cristal, donde suma 10 temporadas consecutivas y acumula cinco títulos.

Nacionalizado peruano hace cuatro años, Calcaterra recibió la primera convocatoria de Ricardo Gareca para una serie amistosa en Europa posterior a la disputa del Mundial de Rusia. Su debut fue el 6 de setiembre en el Johan Cruyff Arena de Amsterdam, en el 1-2 ante Países Bajos, reemplazando a André Carrillo a los 20 minutos del segundo tiempo. Tres días más tarde, en la ciudad alemana de Sinsheim, repetiría ingresando a los 31 minutos del complemento por su actual compañero de equipo Yoshimar Yotún. De nuevo 1-2, esta vez frente al combinado germano.

El 15 de octubre de 2020, en el Estadio Nacional de Lima, hizo su debut
oficial con la camiseta de Perú: disputó los últimos cinco minutos del partido ante Argentina (0-2) por las eliminatorias a Qatar 2022. También participó en los últimos compromisos de su selección en la clasificación sudamericana y fue citado para el decisivo repechaje de la próxima semana ante Australia. “Es un jugador que aporta todos los ingredientes en la mitad de la cancha”, fundamentó “el Tigre” Gareca.

Calcaterra es el sexto futbolista argentino que representa a la Federación Peruana de Fútbol. Sus antecesores fueron los arqueros Humberto Ballesteros, Ramón Quiroga y Oscar Ibáñez y los volantes Gustavo Tempone y Benjamín Ubierna. El único de ellos que jugó Mundiales fue “Chupete” Quiroga, en Argentina ’78 y España ’82.

Segunda oportunidad

Guillermo “Bochy” Hoyos, exjugador de Talleres y actual representante de futbolistas, compartió los inicios de Calcaterra en el fútbol peruano con la camiseta de Unión Comercio. Recuerda con una sonrisa cuando el entonces seleccionador Sergio Markarián anunció la convocatoria de ambos para la
Copa América 2011, sin saber que eran argentinos.

“Horacio es un polifuncional y donde lo pongas te va rendir. Quizá no sea el
futbolista que en el minuto uno te deslumbre, pero sí el que al final del partido vas a dar como figura”, afirma Hoyos sobre su ex compañero. “Va y viene, es ordenado, maneja los ritmos, tiene juego y es agresivo en la marca. Cuando llegamos a Perú, él tenía 21 años y ya me asombraba la inteligencia que mostraba en la cancha y la idea de juego que tenía”, añade.

“Cuando todos se achican, él crece. Demuestra tranquilidad en momentos decisivos y siempre está a la altura de los compromisos. Es ese jugador que siempre querés tener en tu equipo, porque puede hacer de bombero en cualquier situación; creo que eso es lo que Gareca ve en él”, puntualiza.

“Bochy”, que es hijo del entrenador Ángel Guillermo Hoyos, define a Calcaterra como “una persona humilde y sencilla, que siempre suma al grupo”. “Hace años que lleva una regularidad muy buena y nunca lo he visto cambiar su forma de ser”, enfatiza. “Tenemos una relación personal y familiar muy linda, y desde un tiempo estoy acompañando su carrera. Espero que logre superar con éxito el repechaje y que luego pueda meterse en la lista para Qatar; ya que son objetivos que compartimos”, concluye.