Desde que Lionel Andrés Messi se fue de Barcelona, muchas conclusiones sobre su futuro se tejieron.
Es que después de toda una vida vestido de Culé, Leo dejaba su casa y su vida para embarcarse en un viaje que parecía que nunca se daría. Nadie imaginaba a Messi con otra camiseta que no fuera la blaugrana. Algunos viejos cazadores de sueños, queríamos fantasear con la loca idea de verlo caminar por El Parque, vestido de sangre y luto. Cosas imposibles, que mientras Messi sea jugador en actividad, aun podrán pasar.
Lo cierto es que su llegada al poderoso PSG dejó muchas viudas y nuevos odiadores esperando que la travesía parisina no sea tan tranquila. Los hinchas del Barcelona solo demostraron amor y lagrimas por el ídolo que se fue y se apuntó a la Dirigencia. Pero nunca fueron los hinchas quienes criticaron a Messi, ellos lo disfrutaron. La prensa, sus negocios, sus programas llenos de todo menos de fútbol alimentan a quienes en las Redes Sociales esperan por el titulo de Heather. Pero no nos vamos a centrar en ellos, demasiado hicimos con nombrarlos.
Argentina, su nueva casa
Mientras Leo buscaba la mejor adaptación al PSG, encontró en la Selección un lugar donde sentirse mimado. Rodeado de un grupo de jóvenes jugadores dispuestos a “morir” por él, Messi empezó a sentir la comodidad que siempre buscó. El líder del grupo es un entrenador joven, que sin la experiencia de sus antecesores, encontró la llave para que Leo sintiera que su casa era el predio de Ezeiza y no Barcelona o Paris.
Scaloni representa a una camada de entrenadores que entienden la necesidad del jugador de hoy. En la actualidad, hay otros gustos, otras distracciones, otros códigos. Los interpreta, como lo hacen sus colaboradores, Pablo Aimar por ejemplo. Messi se sintió a gusto con todo eso y sumado a la experiencia de lo pasado en la Copa América de 2019, esta listo para ganar con la selección. Así fue que Messi terminó con la interminable sequia de la albiceleste y se dio el gusto de levantar la Copa y acallar las voces detractoras. Al menos, por un tiempo.
Nuevo orden
En Europa, la salida de Messi dejo más de un daño colateral. De pronto, todo eso que criticamos de nuestros medios (está bien que así sea) empezó a pasar del otro lado del charco. Entonces, el apuro por coronar a un nuevo Rey empezó a ser notorio. Nadie en su sano juicio podría negar las cualidades futbolísticas de Salah o Mbappe, como nadie en su sano juicio puede creer que están por encima de Messi.
Pero la prensa, encontró a su rey puesto, pero no había rey muerto. Mbappe era el elegido. Al principio la prensa francesa decía que le costaría a Messi jugar en un equipo con tantas estrellas. Claro, aquel Barcelona de Xavi, Iniesta, Neymar, Suarez y compañía era un rejuntado del barrio. Hasta se hablo de que la llegada de Messi aceleraba la partida de Mbappe, como si el argentino fuera a opacarlo en vez de potenciarlo. Algunas lesiones, su Covid positivo y su enorme compromiso con la Selección, molestaron a muchos y empezaron el operativo “maten” al Rey.
Programas televisivos aprovecharon para decirle que “está acabado” y medios gráficos calificaron sus actuaciones con calificaciones de 3 y 4 puntos. De Lionel Messi siempre se espera más, se exige mas, pero de ahí a ponerle 3 puntos, es casi una herejía futbolera. ¿Cómo calificarían a un central rustico entonces? Al tipo que mejor trata el balón, parece un poco exagerado o lo que es peor adrede. Por intereses propios, la sucesión parece que tiene que ser apresurada.
Final del ciclo
Parece que el final a llegado. Todo apunta a eso. La ilusión, la unión, el grupo, el convencimiento, el hambre, el dejarlo todo por la camiseta. Ya se sacaron una mochila de dos toneladas y están preparados para la próxima estación. Es que la única era que parece estar llegando a su fin, es la de la sequía de la Selección en los mundiales.
La chance de que Qatar corone al mismo Rey es cada vez una posibilidad mas grande. Ya no es un sueño, es una posibilidad. Esa es la única Era que puede terminar. Messi seguirá reinando hasta que cuelgue los botines. Le pese al Churungito o a L’Equipe, la única verdad es la realidad. Y al que no le guste, que se joda.