Román y el arte de decir sin decir nada
Que Juan Román Riquelme es un hábil declarante, no es ninguna novedad. Entonces, todos deberíamos saber que el máximo ídolo de Boca juniors, dice lo que quiere. En realidad para ser exactos deberíamos decir que Román no dice lo que quiere, simplemente no dice nada. Obvio que en ese no decir, está dejando entrever un millón de cosas. ¿Corresponde interpretar lo que quiere decir Riquelme? Es imposible no hacerlo y de esa forma se cae en la trampa del hombre de Don Torcuato: lo dice la prensa, no él. Para no caer en ese juego dialectico, deberíamos analizar los dichos de Riquelme como fehacientes y reales, asumiendo que dice lo que piensa y lo que siente. Y ese es otro juego peligroso y arriesgado, pero debería ser lo más certero.
Riquelme dice que el Consejo de fútbol “lo está haciendo de maravillas” al referirse al trabajo de Bermúdez, Cascini y Delgado. Pero pocas veces se verá una tarea dirigencial tan desprolija. Jugadores que se van libres, ofertas que llegan tarde para renovar contratos, reclamos sin sentido por Pavón, echar al técnico por teléfono y desde una estación de servicio, intentos de exponer jugadores que la gente al final, eligió vivar en el templo Xeneize. Es poco creíble que Riquelme crea esto de verdad. Solo lo haría por necedad y quizás, por no exponer públicamente a sus amigos.
Riquelme dice que Boca “juega muy bien” sobre todo de local y que Hugo Ibarra esta en carrera por ser el técnico de Boca en la próxima Copa Libertadores. Si bien el fútbol es materia opinable, parece una broma sostener que el equipo de la Ribera juegue bien, en cualquier condición que lo haga. ¿puede ganar? Por supuesto, pero quedarse con los tres puntos, no es sinónimo de jugar bien, lindo ni hablar. Que Ibarra esté en carrera, hasta parece una burla a un ídolo como el “Negro”. Boca no puede darse el lujo de tener un entrenador inexperto, cuando la obsesión de la Copa, lo acompaña desde 2007. Nada asegura resultados, pero está claro que se está más cerca, si hay experiencia en el banco.
Riquelme tiene su verdad, que no se parece a la verdad del resto. Está claro, que esa es su estrategia. Dice “estar feliz” de que la gente de Boca banque a Rossi, cuando no debe causarle mucha gracia saber, que el 1 se irá libre y será resultado de la pésima gestión del Consejo. Todos saben que el fútbol de Boca pasa por Román, pero él prefiere salir a aclarar, que él no forma parte del Consejo, que es el vicepresidente. Todo suena muy gracioso pero el protagonista lo dice con la seriedad que lo caracteriza y deberíamos tomarlo como tal. Al fin y al cabo, así es como Riquelme ve el mundo y está en todo su derecho. La gente puede creerle o no, el periodista tiene la obligación al menos de dudar. Existe otra verdad, que no es la de Román…pero ni parecida…