En rio revuelto, siempre pierde la gente y el fútbol.

El fútbol argentino, no gana para disgustos. Ante la pésima conducción que se ejerce desde AFA, solo la pasión popular marca la diferencia. Un torneo con anomalías hasta en su creación y que parece nunca acabar en su armado, porque antes de la Navidad, por ahí caen regalos para todos y el torneo ni se aparecerá al que empezó. En esa catastrófica forma de conducción, Tapia se escuda en el presente prospero de la Selección y en entregar dadivas deportivas al por mayor para estar tranquilo en el cargo.

Cualquier parecido con Julio Grondona, no es mera coincidencia. Pero Claudio Tapia no se sostiene solo, lo sostienen los clubes. En realidad, para ser exactos, lo sostienen los dirigentes. Los impresentables como Marcelo Achile, los ineptos e inescrupulosos como Gabriel Pellegrino y los que buscan la foto con Tapia como primer acto de gobierno ya sea por miedo o por conveniencia, y entran en esa lista Luis Artime y Manuel Cavagliatto. También lo sostienen los Brito y los Ameal que dicen ser quienes sostienen el futbol argentino, pero jamás se paran de manos, para arreglar los desastres que se arman en la calle Viamonte, al menos en los engendros de torneos que son “el producto” a vender.

En el otro lado, pero más unida que separada, está la política. Hace poco, Hugo Moyano y los suyos dejaron la conducción de Independiente, después de un desparpajo de gobierno. No hay un solo lugar de Independiente que haya crecido y sobre el líder sindical, caen un sinfín de denuncias. Hugo, es el suegro de Chiqui y no es solo un dato. Al Rojo asumió Fabián Doman periodista devenido en dirigente y con él desembarcaron hombres de Ritondo y Vidal, los medios de (in) comunicación lo aplaudieron como un triunfo de Juntos por el Cambio, sobre el Frente de Todos haciendo una linda mezcolanza. Y mientras los exaltados seguidores del oficialismo vivaban que la policía de Buenos Aires provincia, querían bajar al Gobernador Axel Kicillof y Sergio Berni era el “traidor”, fue el propio Kicillof quien respaldó el accionar de Berni y por lo tanto el de la policía en La Plata.

Si, en el medio de todo esto está la gente y el fútbol. Y cuando se dice “la gente”, se excluye a las Barras. Discúlpeme si cree que separarlos del don de “gente” le suena discriminatorio, pero no podemos comparar a Lolo Regueiro que fue con toda su familia a alentar al Lobo, con las barras que tienen negocio de ingresos sin entradas en complicidad con empleados y policía. Regueiro encontró la muerte en un partido de fútbol. Por la violencia institucional que ejerce la policía y que es sostenida por el Ministro y el gobernador, no volvió a su casa nunca más, su cuerpo murió en camino al hospital, su alma se quedó en el Bosque. “No hubo exceso de venta de entradas, tengo las planillas” grita el presidente de Gimnasia, si como el “negocio” de las entradas fuera tan legal como para llevar los libros al día. La imagen de la gente del Lobo recibiendo palazos y balas de goma mientras mostraban su entrada ante las puertas cerradas porque la capacidad del estadio estaba completa, lo desmiente sin necesidad de planillas. Se vendían entradas en la boletería, de noche y en un partido de riesgo de infiltrados y a capacidad completa ¿el APREVIDE? Bien gracias. ¿El presidente de AFA? Inaugurando el avión que llevará a la Selección a Qatar, Selección que si gana el Mundial nos hará felices a todos, pero sin querer nos dejará un lastre llamado Tapia, hasta la eternidad. Cualquier parecido con Julio Grondona, no es mera coincidencia.

En el medio, el futbol de luto, aunque a las 24 horas ya se esté jugando de nuevo y los dirigentes estén pensando más cuando se recupera el partido y si alguien se ve más beneficiado o no. Pero el fútbol, el juego, no tiene la culpa. Tampoco la tiene la gente que lo sostiene. La que va a la cancha, la que se hace socia, la que va con la familia, con los amigos, con sus sueños y esperanzas. Algunos dirán “el fútbol es violento” y se equivocaran. “el público del fútbol es violento” y volverán a equivocarse. Todos sabemos quiénes son los violentos, los corruptos y los ineptos, es cuestión de querer tener problemas con ellos y para eso faltan valientes y sobran aduladores. Cualquier parecido con la realidad que nos rodea, no es mera coincidencia.