Luego de la derrota ante Chacarita, César Zabala renunció a la conducción técnica de Instituto. El equipo no levanta cabeza en este 2020 y el fantasma del descenso comienza a rondar por Alta Córdoba.
Pasaron 9 meses exactos desde que el oriundo de Sunchales fue oficializado en el cargo de entrenador. Un personaje del riñón del club, al que la dirigencia le depositó su confianza para afrontar la temporada 2019/20 de la Primera Nacional. Ya había tenido oportunidad de dirigir el primer equipo de forma interina luego de las salidas de Darío Franco y Diego Cagna, aunque esta vez la decisión de Defagot fue que Zabala se hiciera cargo de manera oficial.
Un arranque complicado, con apenas un punto de nueve disputados, hacía tambalear tempranamente al entrenador en el cargo. El público albirrojo, cansado de los sinsabores, pegó el grito en el cielo ante el flojo arranque de Instituto en la temporada. La mesa directiva respaldó al DT y su cuerpo técnico y tres victorias en fila ante Chacarita, Brown (A) y Tigre apaciguaron los ánimos en Alta Córdoba. El equipo dio una muestra de carácter y sumado a un buen funcionamiento colectivo hacían pensar que los jugadores habían captado la idea que pregonaba Zabala.
La idea de juego siempre estuvo clara. Pelota al piso, salida limpia desde el fondo y transiciones rápidas en ataque para llegar con juego asociado al arco rival. En muchos pasajes, la Gloria pudo implementar el estilo del entrenador, aunque es cierto que también Instituto perdió muchos puntos en el campeonato, por errores puntuales en la salida y algunos yerros individuales que dejaron a sus hinchas con sabor a poco.
Cesar Zabala no supo cambiar a tiempo, se empecinó en su estilo cuando quizá no tenía los interpretes indicados para ese fútbol que el técnico intentaba jugar.
El 2019 terminó con un Instituto irregular, que, si bien no terminó lejos de los primeros puestos, la sensación colectiva era que había mucho por corregir si quería ser protagonista en este torneo.
El 2020 fue el principio del fin. Tres derrotas y un empate por el torneo local, sumada a la eliminación por Copa Argentina ante Patronato tornaron insostenible la situación. El hincha de Instituto exacerbado por los malos resultados hacía notar su descontento con el cuerpo técnico que prefirió morir con la suya haciendo caso omiso a las falencias que se tornaron cada vez más repetitivas.
Es momento de un golpe de timón para el equipo de Alta Córdoba. Roberto Castoldi y compañía deberán elegir al hombre indicado para atravesar este complicado presente. Instituto a dos puntos del descenso al torneo Federal, algo impensado en el primer semestre. Es el legado que deja César Zabala en Instituto. Un paso sin pena ni Gloria.
Por Facundo Moreyra.