¿Por qué se busca comparar el nivel de una con otra?

Últimamente se ha abierto un debate en las redes, en el que se puede observar claramente las largas listas de comentarios generados en posteos de las cuentas de fútbol más populares. El motivo que hace arder los teclados es la comparación entre la liga mexicana y la argentina.

A primera vista, esto marca lo que parece ser un juego donde “el muerto se ríe del degollado”. En nuestro país, hace rato perdimos el glamour de los grandes equipos que con campañas memorables quedaban en el recuerdo, nutridos de jugadores que daban un toque distintivo y muy apreciado por los extranjeros. Esto, en parte no es porque la fábrica de cracks cerró, sino porque esos talentos a veces no alcanzan a debutar en la primera de sus equipos para hacerlo en clubes del exterior. La brecha, claro está, cada vez es más grande.

¿Y México? Al país azteca se lo difama (desde estas latitudes) de tener una liga de cartel y flashes de poca duración. Basada en el marketing de estrellas desvencijadas, que hace rato tienen su luz a medio prender y con una pobre formación en categorías juveniles. Entonces, si la Liga MX es igual a dinero, humo, puro cartel y carece de calidad, tiene nula competitividad internacional y escasa jerarquía colectiva. ¿Nosotros qué?.

Primero hay que mirarse al espejo para observar a los demás, y aquí radica el primer error. En nuestro fútbol acaba de culminar un torneo que comenzó el 10 de Febrero y cortó cinta de llegada el pasado domingo 22 de Mayo. Tan solo 3 meses y un puñado de días de competencia para la participación de 28 equipos en una sola división.

Paralelamente, a 8.000 km de distancia, el mismo fin de semana se terminaron de jugar las semifinales del torneo “Grita México Clausura 2022”. Una competición que cuenta con 17 clubes que juegan todos contra todos para luego clasificar a una liguilla donde definen a duelo directo. La competencia comenzó el 6 de Enero y culminará el domingo 29 de Mayo con la final.

Estos datos no buscan ser tendencioso o hacer comparaciones odiosas, pero si ponen en evidencia o sirven para ver más allá del árbol. Ese árbol ya viejo, con pocas hojas y cada vez más inestable que es el fútbol doméstico. Porque a simple vista podemos observar que 28 participantes en una misma categoría es muy difícil que suban la vara de competitividad, parece más una anfibia A-B que una primera categoría de un país futbolero como el nuestro. Se nivela, cada vez más para abajo.

Copiar a veces no es tan malo, siempre y cuando se esté convencido y haya un plan detrás. “En Europa no se consigue” se suele decir, y esa frase que antes alegaba a un atributo del cual estar orgulloso, hoy es solo eso, una frase, que bien podría cambiarse a “en Europa está el modelo”. ¿El de las superestrellas, el de los gastos estrafalarios, el de la diferencia cada vez más marcada entre grandes y chicos? claramente no. El modelo es el de la calendarización anticipada, el de los torneos largos que duran 1 año (de Agosto a Mayo), que tienen 20 equipos y se juega todos contra todos en 38 fechas. Obviamente las distancias son enormes, pero no es excusa, porque nos han hecho creer que los modelos no son replicables, y si, en parte sí lo son.

El nuevo campeón del fútbol argentino fue Boca Juniors, y bien merecido lo tiene, pero preguntenle a los mismos boquenses cuán importante es este campeonato, o si ya están pensando en la final del jueves por Copa Libertadores ante los de Teo Gutierrez. Esto no desmerece su labor en absoluto, pero siempre es más sabroso cuando ganás ante los mejores, y en un escenario que posibilita y fomenta la alta competencia en todos los ámbitos.

El de México y Argentina, son dos campeonatos muy distintos, dos ligas que se miran con recelo y desconfianza. Pero cuando se quitan las caretas, hay aspectos que las emparentan muchísimo y terminan decantando en la curva descendente que están hace rato. Brasil cada vez nos mirá más de arriba.