La Selección le ganó 2 a 0 a Australia en el comienzo de su gira de amistosos por Asia. Esta vez en en Beijín, China, el próximo en Yakarta, Indonesia.
Tengo la sensación que la Selección Argentina todavía no puede desprenderse de la Copa del Mundo, pero no podría culparlos. Si la gente me cantará el cumpleaños todos los meses yo lo festejaría contento por más que no lo sea. Lo que si puedo asegurar es que el equipo australiano no estaba del todo contento, capaz preferían quedarse en casa leyendo algún libro o viendo alguna buena película. No a todos nos gustan las fiestas.
Los primeros minutos de la selección fueron dignas de un campeón del mundo en pleno campeonato. Dinámico, rápido. Un minuto con 20 segundos le basto a Lionel Messi para que en sus tres primeros toques le justifique la entrada al público chino y ponga a la Albiceleste arriba en el encuentro.
Desde ese momento, recordaron que esto solo era una gira ligera y el ritmo bajaba mientras Australia respiraba y sumaba sus primeros toques en apenas 25 minutos. Tan ligero como ver a Leo Messi dándole un autógrafo a un árbitro asistente entusiasmado en el entretiempo. Tan amistoso como poner el partido 2 a 0 y festejarlo como tal, después de un centro del “cabecita celeste”, Rodrigo De Paul, a la cabeza de Germán Pezzella para dejar en claro el porque los centrales suben en los córners, para entrar a toda velocidad.
Pero no nos olvidemos que son los campeones de un mundial eterno. Tanto que, recordando aquellos octavos de final contra los oceánicos, el partido empezó a picarse de a poco. Hasta parecía que Argentina buscaba que Australia descontara al igual que aquel día en Al Rayyan, pero los Socceroos hicieron todo lo posible para dejar en claro que no les gusta ir a los cumpleaños. Se sentaron en una esquina a comer torta y no llevaron el regalo. Hicieron todo lo posible para que ese descuento no llegara.
El encuentro sucumbió temprano sabiendo que el lunes tendrán que volver a festejar. Lo hizo como las ganas de Australia de ser parte de una fiesta que, el publico chino, hizo notar que no era para ellos.
Pero que mas da, ¡Feliz cumpleaños campeones del mundo! Los esperamos en cuatro días, a las incomodas 9:30, para ver como los Indonesios locales traicionan a su patria por 90 minutos y celebran al mejor de la historia. Nos veremos en unos días para volver a cantarles y recordarles a todos y, sobre todo a Messi, que noviembre siempre estuvo cerca.