Talleres ante una fecha histórica.
Es imposible escribir sobre las posibilidades de Talleres en la Copa Libertadores. Simplemente porque debemos tener en cuenta un contexto sumamente desfavorable para el club de barrio Jardín. No tiene que ver puntualmente con la goleada recibida ante Defensa y Justicia, por la decisión de jugar con diez suplentes, porque esa sería la excusa. El contexto es desfavorable por como comenzó, se desarrolló y decantó la historia que depositara a la T en el mítico Maracaná el día martes.
Sin la cabeza
Talleres arrancó la pretemporada sin entrenador y si bien el club tiene la estructura para llevar adelante los entrenamientos sin la cabeza del grupo claramente no es lo mismo. No es lo mismo porque el entrenador normalmente trabaja a la par del preparador físico, quien diagrama el trabajo teniendo en cuenta la forma de jugar del DT. Es todo un trabajo mancomunado que desemboca en los resultados.
El Talleres de Medina tenía en Papote González a un tipo carismático y compinche de los jugadores, quienes físicamente estuvieron siempre por encima de lo esperado. Cuando Ángel Hoyos llegó con su cuerpo técnico no había tiempo de generar esa química que se potencia en la pre temporada. Nunca pudo convencer a los suyos desde el juego y tampoco pudo tener el equipo que imaginaba. Las lesiones hicieron su parte, a eso se le sumó un plantel que él no armó y la falta de jerarquía para la temporada más importante de los últimos años, que alarma.
Poco más de 50 días se mantuvo Hoyos en el cargo y se fue como vino. Entre caprichos y personalismos del Presidente por un entrenador que hacía mucho había desaprobado el examen para ser técnico de Talleres.
Urgencia, necesito con urgencia
Fassi tuvo que pegar un timonazo, algo que no lo hace sentir cómodo. Andrés era el único que creía en Hoyos y por eso lo fue a buscar, después de la negativa de los técnicos de consensos. Asumió Gandolfi de manera interina y logró resultados. Claro conoce el plantel, conoce el club y la categoría, a pesar de eso, siempre fue interino.
La llegada de un nuevo entrenador era inminente. Nombres importantes para nuestro fútbol aparecieron en el radar. Sin embargo, otra vez Andrés Fassi decidió personalmente el entrenador. Pedro Caixinha, portugués pero de paso por la Liga Mexicana (de manera exitosa) se hizo cargo del plantel. Será su primera experiencia en Sudamérica, con todo lo que eso significa. Si bien la Copa Libertadores la dirigió debido a la participación de los equipos mexicanos en esta competencia, sigue siendo algo nuevo para él.
Algunos creen que poner suplentes ante Defensa, quizás de los mejores equipos de nuestro suelo, fue síntoma de desconocimiento. Yo no lo creo. Si creo que se dio cuenta que físicamente no está para jugar cada tres días y no es la culpa de Pedro y su cuerpo técnico. Pero Talleres no tiene tiempo ni para reproches.
Al Maracaná
El fútbol de Córdoba vivirá otro momento histórico cuando mañana pise el gigante de Rio de Janeiro. Hay que disfrutar el momento, algo que no se repite tan seguido, lamentablemente. Talleres merecía otro contexto para que el hincha se dedique al goce.
No fue la mejor pretemporada, esa que juegan los dirigentes. Caixinha tiene una enorme tarea y un desafío que hoy se sostiene en un resultado positivo ante Católica, conseguido con el Portugués en el banco. Sus pergaminos y primeras luces son interesantes pero Talleres carece tiempo de preparación. Tiene que salir a competir ya. Con apuro las cosas suelen salir mal pero también, si te acompaña una cuota de fortuna, suelen surgir las hazañas…