El peor momento de la era Fassi.

“Es una transición” esta es la frase más usada por Angel Guillermo Hoyos, cada vez que tiene que explicar porque Talleres navega en la incertidumbre de no encontrar los caminos. La palabra “transición” nunca fue usada por Andrés Fassi, este siempre habló de la continuidad de un proyecto, que no depende de los nombres.

Sin embargo, por primera vez desde que lidera al Club, Fassi se encuentra en la situación de tener que gestionar, contra la marea. Periodistas, hinchas, socios y el mundo del fútbol en general, no le encuentra explicación al presente de la T. Aunque muchos aún no lo quieran aceptar, la mayoría de las patas de la mesa, está vez fallaron.

Decisión Presidencial

El primer responsable del hoy en Talleres es su presidente, Andrés Fassi. Es que, si ha sido hasta el responsable de los buenos momentos, entonces es lógico que lo sea de los malos. Talleres fue el último equipo de la Liga Profesional en tener entrenador. Después de la salida de Medina, que no fue intempestiva sino algo que podía pasar en gran porcentaje; tardó demasiado en concretar la llegada del entrenador.

Si bien Fassi dijo haber hablado solo con Heinze antes de Hoyos, ésto lo hace aún más inexplicable. No se quiere poner en tela de juicio la honestidad de Fassi, pero es que no se puede entender que Hoyos haya estado negociando un mes con Talleres siendo el primero en querer venir. Mínimamente raro.

Después la llegada de los refuerzos, carecen de la jerarquía que el Presidente prometió pensando en la Libertadores. Que se negociaba con Mauro Zárate o Soldano, para que terminen llegando Godoy y Batalla. Del sueño de traer a Pastore, a la realidad de Garro. Todos buenos jugadores, pero lejísimos de ser los refuerzos prometidos para la gran cita continental.

Hoyos es religión

Toda persona puede ser creyente y merece ser respetada. Lo que es innecesario, es usar referencias religiosas cuando estamos hablando de fútbol. El Talleres de Hoyos es una cuestión de fe, ya que su líder es el único que ve avances, mejoras y buenos rendimientos.

Por el contrario, cada partido que pasa, el desconcierto es mayor y más evidente. El técnico cruzado de brazos en un párate del partido de Racing, mientras los jugadores se dan indicaciones entre ellos, más que una alarma, es la confirmación de que algo no está bien. Mientras tanto, el Talleres de Hoyos no sabe a qué juega, no juega y se hunde en la tabla. Más o menos como el Aldosivi de Hoyos, nada es casualidad.

No es Disney

La partida de Komar abrió la puerta y desde adentro algo no olía bien. Más allá de las controvertidas formas, Komar mostró que no todos están conformes con Fassi. Quizás sean promesas que no se cumplen o acciones que nadie entiende, como echar a Leo Torrico para traer el entrenador de arqueros que pedía el DT y que este nunca llegue.

Sea cuáles sean las razones, aparecieron los conflictos. Que Méndez no renueva, que Díaz queda libre en Diciembre, que Valoyes y Santos se quedan solo hasta Junio, son demasiadas aristas para un plantel que tenía la vara alta. Si analizamos que Tenaglia se fue a préstamo a Europa con una opción de 2 millones de dólares, entenderemos menos que Komar sea más caro que Tenaglia, porque a Central se le pidió más de ese monto.

Evidentemente, lo personal interviene en Club y ahí parece que Fassi se maneja como quiere y arma y desarma a su antojo. Capaz sea la razón porque ningún entrenador de nombre, haya querido dirigir al sub campeón de la Copa Argentina y que jugará una fase de grupos de Copa Libertadores.

Final incierto

Solo y solo porque esto es fútbol, existe la chance de dar vuelta la historia. Si es por lo que se ve en la cancha, no hay chances. Si es por lo que declara el entrenador en conferencias, no hay chances. Mientras el Presidente sostiene que no trajo apuestas sino refuerzos, es imposible pensar que el crea realmente lo que dice.

Declara como tendrá que hacerlo pero por dentro sabe que este Talleres se armó sobre la hora y no como los anteriores. Fassi lo sabe. Lo tiene tan claro como tenemos en claro todos nosotros que Hoyos no fue el plan A ni B. Nunca más acertado el juego de palabras para decir que fue el Plan H.