El Tipo de la Radio

Tardes de futbol

“Estoy ahí
Ya sé que no, pero yo estoy ahí
Si el tipo de la radio me lo cuenta
Remonto en cada gol una cometa
Ya sé que no, pero yo estoy ahí”

Cuando escuché por primera vez la canción de Tabaré Cardozo lejos habían quedado ya mis tardes pegadas a un viejo receptor. Claro que por más lejos que hayan quedado siempre es el primer recuerdo cálido de una niñez, algo fría. Es que es difícil borrar del alma, tantas sensaciones, emociones y demás sentimientos movilizantes que solo te genera el hecho de escuchar fútbol por Radio. Dejar volar la imaginación para que la mente sea un televisor a colores “viendo” el gol que tan perfectamente describía y narraba, el tipo de la radio.

Cuando escuché por primera vez esa canción, estaba dentro de un estudio de radio. Preparaba un programa mas, de aquel que conducía y producía, para Radio Impacto. Un colega e integrante de aquel programa me proponía que la usáramos de cortina. Yo la escuche y me traslade automáticamente a esas siestas de la infancia, en el patio gigante de una vieja casa escuchando, al tipo de la radio. ¿Estaba en un estudio de radio por él? No podría saberlo, pero si sabía que había entrado al mundo de la Radio, por él.

Esas tardes de relatos mágicos, de frases que te quedan tatuadas en el corazón, en el alma y que te erizan la piel, me hicieron un niño feliz, un adolescente feliz, un hombre feliz. Nunca me imaginé ser como el Tipo de la Radio, eso sería como querer ser Maradona. Pero tantas horas escuchándolo, habían sembrado en mí una semilla que yo no sabía que ahí estaba. Entonces un día cualquiera, que parecía que nada distinto tendría, fue un día que lo cambio todo. Un compañero de radio se baja a último momento de una cobertura de un partido de Liga Cordobesa y yo fui a reemplazarlo. Mientras preparaba todo, los periodistas de la transmisión central me dijeron “el pibe que faltó iba a relatar ¿vos relatas?” y ahí, sin tiempo para pensar demasiado, el corazón emitió sonidos de estruendosa locura y de la boca salió un “Si”.

Jugar a ser el Tipo de la Radio, era mi juego predilecto de la infancia. Pero era eso, un juego y de pronto podía ser una responsabilidad. Sin embargo, decidí que sea un juego. Relaté, grite un par de goles y para el final del día, ya me había comprometido para hacerlo, el fin de semana siguiente. Con el pasar del tiempo y sin darme cuenta, estaba en grandes estadios, con grandes partidos. Nunca sentí vergüenza ni miedo, hasta que un día me di cuenta que era “colega” del Tipo de la Radio y allí conocí la vergüenza. ¡Cómo podía ser yo su colega! ¿Nos saludarían el día del periodista deportivo a los dos? Sí, es que no hay día del relator de fútbol, aunque debería ser el día que el Tipo de la Radio nació.

Jamás podría compararme, copiarle o siquiera mirarme a su espejo. El Tipo de la Radio hacia visible el sonido. Sus descripciones perfectas, sus latiguillos, su grito de gol que te explotaba el corazón, su talento para jugar con las palabras y los modos después de un gol, después de una consagración, eran una brisa que te acaricia el alma. No habrá partido alguno en el que no me imagine que podrías haber dicho, que descripción hubieras hecho, si hasta me hiciste imaginar cómo sería la Avenida España de tu Rio IV natal. Si, el Tipo de la Radio era y será siempre Osvaldo Whebe. Ese, al que nunca me acerque de grande por miedo a que me temblaran las piernas y se me trabaran las palabras, y para un relator, trabarse con las palabras es una pesadilla de viernes 13 por la noche. Quizás debí haber ido a saludarlo como un oyente y no presentarme como relator como para no pasar tanta vergüenza. Lo que queda claro, es que no lo conocí.

Aunque en cierto modo, éramos muy conocidos. ¿Cómo en tantas tardes “compartidas” no nos íbamos a conocer? Toda mi vida admirándolo, nos tenía que hacer “cumpas”. Además, Turco querido, la culpa de que yo relate es suya, hágase cargo. Mientras tanto, yo seguiré añorando aquellas tardes en el patio gigante de la vieja casa, escuchando tu enorme grito de gol y sabré que aquellas emociones eran porque algo me unía al Tipo de la Radio.