A destiempo
Salta tan alto como puedas para que todos te vean
Mujeres
Noemí Simonetto logró ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos convirtiéndose en la primer atleta sudamericana en hacerlo en salto en largo con una marca de 5,60 metros.
La bonaerense fue una de las deportistas más reconocidas de los años ’40, no porque realmente se hubiese hecho figura en la esfera pública sino porque supero todas los obstáculos que había en el camino. Tuvo el récord mundial de los 80 metros con vallas, recolectó 31 títulos nacionales, ganó 17 medallas sudamericanas, además de su presea olímpica.
Desde pequeña supo que su destino era el deporte. Primero la albergó el Club River Plate en su escuadra de atletismo y luego pasó a los rojos de Avellaneda, lugar de nacimiento de la joven Noemí. Desde su adolescencia comenzó a recolectar recuerdos, de esos que son imborrables, de esos que saltan las vallas. Con 15 años llegó su primer oro en postas 4×100, y de allí en más no paró. A los 22 consolidó su mayor sueño en las pistas londinenses allá por 1948.
Por suerte ella fue de las premiadas en vida. Además de su reconocimiento personal, la comunidad deportiva le otorgó el Premio Konex, La Orden Olímpica, el nombramiento a la Gran Atleta Sudamericana. También se trasformó en Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y fue Declarada Gloria del Deporte por la Organización Mundial de Naciones en 1988. Ella no se destacaba en una prueba de atletismo, se destacaba en todas.
Luego de sus épocas doradas no podía dejar de lado su primer amor, ya casada y con hijos siguió unida a las pistas y continuó compitiendo hasta sus 60 años. Era una mujer sencilla, simpática y siempre recordaba que hay que valorar la vida y buscarle el lado lindo.
“La tanita de Avellaneda” tiene todos los números a su favor. Sin embargo, lo importante más allá de todos sus logros es que fue la atleta que abrió las puertas a nuevas generaciones. Muchas niñas se vieron reflejadas en ella, como un anhelo del ser, ser deportista, exitosa, independiente, pionera, perseverante, luchadora, ser mujer.
Ser una persona libre, porque claro, no hay una forma de ser mujer. Pero muchas veces si no destacamos esas feminidades que saltan tan alto para que las vean, el resto puede llegar a creer que ser mujer es estar en la sombra y que hay espacios, como el deporte, que no son para las damas.