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Racing no pudo entrar en calor
No pudo ser
En Córdoba se vivía un clima peculiar en pleno febrero. Una sensación invernal en época de carnavales. Pese a eso, el Miguel Sancho se veía impecable: un ingreso digital, cabinas para los relatores, sistema de riego y con una gran cantidad de socios que se acercaban a ver cómo su club volvía a jugar en esta categoría tan complicada. El albiceleste se encontraba con un poderoso Estudiantes.
Racing tenía una parada complicada. Enfrentaba al último finalista del reducido y un equipo candidato a pelear por el ascenso. Entre un clima de festejo, el frío se hizo sentir los primeros minutos. Ninguno de los dos fue capaz de imponerse al rival. Hubo jugadas sin mucho peligro, casi nada. Hasta que sobre el final de la primera parte (44′), Lautaro Acosta, se animó a encararlo a Rinaudo por primera –y única– vez en la noche y, del manual del ascenso, un centro que cruzó toda el área para que aparezca uno de los dos delanteros, en este caso, el Toro Parisi. La visita se iba al vestuario ganando 0-1.
El segundo tiempo fue distinto. Entró en calor. salió a jugarlo como debería, metiendo a la visita contra su arco y haciendo figura a un Matías Vega que sacaba cada centro, cada disparo y hacia lento cada posición adelantada o saqué de arco que tenía en su poder. Mientras el equipo se levantaba, la tribuna lo hacía más. La helada no nos iba a ganar. El tiempo se fue pasando, y con más ganas que ideas, la Academia llegaba pero sin peligro. Entre discusiones, nerviosismo y el frío; el reloj se iba acortando. El partido se iba enfriando, pero los ánimos no. Y Racing no pudo concretar en ningún momento.
El equipo de Carlos Bossio cortó un invicto de 41 encuentros sin perder de local, pero jugó un buen partido ante un candidato directo. Con más corazón que juego, la Academia no pudo imponerse a la tremenda helada que cayó en Nueva Italia y no logró definirlo.
Fotografía: Noelia Figueroa