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Los Blues

Migraciones, conflictos y arraigo

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Desde hace muchos años hay un pensamiento, una certeza o tan solo una imaginación de que la mayoría de los jugadores que representan a la federación francesa de fútbol (en francés, Fédération Française de Football) son africanos. ¿Es cierto esto?.

Para comenzar, cabe remarcar que este es un tema que claramente toma mayor interés cuando se acerca un certamen importante, llámese Copa del Mundo o Eurocopa. Jugadores de “otro” origen jugando para un seleccionado, ¿le pasa solo a Francia esto? en principio es la más evidente, pero hagamos un poco de historia y veamos por donde viene la mano.

Francia, como Alemania y otros países europeos, participaron activamente de la segunda guerra mundial (si, la de Adolf Hitler). Y como no podía ser de otra manera, esto le trajo grandes consecuencias. Una de ellas, además de las miles de muertes, fue la devastación de sus ciudades y el desmoronamiento económico. Ante esto, se recurrió a mano de obra “barata” de países europeos del sur y del este, pero principalmente de sus ex-colonias africanas y centroamericanas (de las cuales muchas aún persisten).

Los galos como histórica potencia mundial, fueron grandes conquistadores y a lo largo de los siglos XIX y XX expandieron sus raíces hacia el África, dejando un sin fin de colonias negras que adoptaron su cultura, su idioma y se subordinaron a sus nuevos amos. La Francia postguerra, se vio obligada a ingresar “extranjeros” para reconstruirse aún pagando el costo de que esas personas muy posiblemente no vuelvan a sus lugares de origen, y así fue.

Los trabajadores comenzaron a instalarse en las inmediaciones de las grandes ciudades galas como París, Lyon y Marsella. Creando suburbios de inmigrantes (Banlieue en Francés) que cada vez crecían más y se hacían más cosmopolitas. Argelinos, congoleños, marroquíes y muchos otros se mezclaron en estos sitios.

¿Y adivinen que? Este crisol de formas de vida, costumbres, razas e idiomas distintos hizo que comenzaran a brotar chicos con una inmensa habilidad para el deporte. Como si de una mezcladora gigante se tratase, los ingredientes que se encontraban en estas microciudades marginales eran perfectos para crear un producto que brillara sin pasarle una gamuza.

Pero a estos diamantes les faltaba pulirlos. Y así fue como en 1988 la AFF creó “Clairefontaine”, un centro en las afueras de París que sirvió para nuclear y moldear a las máximas promesas futbolísticas de Francia. Y el sistema dió resultados. Porque esto se trata de talento sí, pero también, y quizás más importante, de cómo saber administrarlo y potenciarlo.

Durante la copa del mundo 1998 celebrada en Francia hubo unión en el país, pero no duró mucho.

Black, blanc, beur (Negros, blancos y arabes)

Si bien siempre hubo jugadores de color en sus seleccionados, a partir de la década del 80, lejos del imaginario popular (por lo menos de quien escribe), empezamos a ver con más frecuencia en los álbumes de figuritas del mundial a jugadores franceses negros, mestizos y de otros colores de piel. ¿Acaso los europeos no eran blancos?.

Y la respuesta es sí, pero no. Si porque los orígenes de los franceses responden a una raza predominantemente blanca, pero no porque a lo largo de la historia siempre ha habido migraciones de personas que se desplazaban hacia otros países y cuyas principales causas han sido siempre las mismas. Pasó antes, pasa en este momento y va a seguir pasando que, por guerras, hambrunas, epidemias y crisis económicas se generen mezclas de razas y nacimientos de personas en países cuyos padres no son originarios de ahí.

Sino centrémonos en nuestro país, Argentina durante la primera y segunda guerra mundial recibió muchísimas personas escapando desde países como Italia, Alemania, España y otros, en menor medida. Estos “extranjeros” rápidamente se instalaron en el país y desarrollaron su vida, tuvieron hijos y esos hijos comenzaron a inmiscuirse en el deporte nacional y a representar a los seleccionados, pero esos hijos tenían padres que eran: Europeos.

Francia, como Argentina y casi todos los países del mundo, en mayor o menor medida, no hace nada extraño ni contravencional, sino que aprovecha el talento que nace de sus tierras e intenta perfeccionarlo para sacarle el mayor jugo posible, y vaya si lo está haciendo.

Mbappe de madre argelina, Pogba de padres Guineos y Lloris de padres franceses bien podrían representar la pluralidad los colores de la bandera Francesa en este momento.

Esto evidencia que los hijos de africanos son el gran motor del fútbol francés. Pero también es justo expandir la visión y observar que lo le sucede a Francia ahora, muchas naciones ya lo vivieron antes y siguen experimentadolo.

Quien esté libre de etnias, que tire la primera piedra

Uno de los suburbios o “banlieue” en las afueras de París, de aquí han salido los jugadores franceses más talentosos.

Números que cuentan una historia.

Si bien es cierto que la mayoría de los seleccionados están conformados por algunos jugadores nacidos en otros países, en este aspecto Francia se destaca muy por encima de los demás. Si se toma como referencia la copa del mundo 2018 en la que los Blues levantaron el trofeo dorado, de aquel plantel podemos desmenuzar los orígenes de la siguiente manera:

Solo cuatro de sus 23 jugadores tenían padre y madre nacidos en Francia (entre ellos el arquero Hugo Lloris). Tres eran de padres nacidos en las islas galas del caribe americano. Dos, de Europa pero de otros países como es el caso de Griezmann. Y el resto (15) si, son de nuestra ya nombrada tierra africana. Entre los jugadores con padres que vieron la luz en países negros tenemos por ejemplo a N’Golo Kanté y a Ousmane Dembélé.

Francia no solo es líder en tener en sus filas a jugadores de otras etnias sino que, también se destaca como el país con más jugadores nacidos en sus tierras que representan a otras selecciones.

Pongámoslo en números para entenderlo mejor:

En la contienda disputada en Rusia, 82 jugadores representaron a una nación en la cual no habían nacido, ¿de donde venían la mayoría? si, del país del croissant. 29 futbolistas nacidos en Francia jugaron para otra selección (Costa de marfil, Marruecos, Argelia, Togo y Portugal los más “nutridos”). La sigue Brasil pero muy de lejos con 5. A esto sumamos un dato más, de las últimas 4 copas mundiales los galos tienen la proporción más alta de jugadores y técnicos nativos que han participado.

Pero entonces, ¿a qué se refiere todo esto? Claramente está vinculado a lo que desarrollamos más arriba, el hecho de que hayan llegado miles de inmigrantes de otros países a Francia marcó que, al afincarse y formar familias ya en tierras galas muchos de los hijos que se convirtieron en futbolistas optaron por representar al país de donde eran originarios sus padres. Así, tranquilamente podríamos haber visto a Zidane cantando el himno de Argelia, o a Thierry Henry hacer lo mismo pero con algún ignoto seleccionado de centroamérica.

Lilian Turam, uno de los grandes jugadores Franceses que denuncia la desigualdad y el racismo en el fútbol de su país.

¿Es sólo fútbol? Los protagonistas

Al ahondar en las propias experiencias de jugadores galos, podemos encontrar a grandes protagonistas de la historia futbolística francesa que dan testimonio certificado de lo pluriétnica que ha sido la selección gala a lo largo de su historia, y las consecuencia que eso ha traído, por supuesto.

“Cuando venía el presidente de Francia, estaba sentado cerca de su posición y, de repente, me ponían al final de la mesa. Donde normalmente estaban Sakho y Sagna. Había que cambiar. Pusieron a Hugo Lloris, a Laurent Koscielny y el Presidente en el medio. Pero sabíamos que eran las reglas del juego. Cuando él quería una foto era mejor ponerse con Lloris, Koscielny en lugar de Sakho o de Sagna”

Patrice Evra

Además de este hecho, denunciaba el trabajo que se hizo para tapar estas cosas y que no salieran a la prensa, también contaba que recibían cartas que decían: “Didi (Deschamps), llevate a tus monos y vete a África”. “¿Cuántas cartas recibimos contra los jugadores?. Pero las escondemos. Yo he visto algunas. Incluso hemos recibido cajas llenas de caca”.

En esta línea pero menos polémico, Killiam Mbappé luego de fallar un penal en la Euro 2020 y recibir muchas críticas decía “Tengo tanto amor por la selección francesa que me abstraigo de todo. Lo que me chocó, de nuevo, fue que me llamaran mono por el penalti. Eso es lo que quería que apoyara, no porque lancé mi penalti por la izquierda y (Yann) Sommer lo detuvo”.

Liliam Turan, protagonista de aquella copa del mundo ganada por Francia en 1998 recuerda que esa consagración se utilizó para mostrar una selección “multiracial” pero que él no estaba de acuerdo porque “existe una sola raza”, y agregaba: “aquel era un equipo multicolor, y eso es distinto, la problemática de nuestra sociedad es no poder aceptar a todas las personas cualquiera sea su color de piel”.

Estas declaraciones de grandes futbolistas del pasado y el presente no hacen más que afirmar que la Francia multicultural, pluralista y con diversas creencias religiosas y culturales es una olla en constante ebullición, lanzada a la espera de que alguien mueva un poco la tapa para que decante nuevamente.

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