Fútbol
La historia oficial
Primera vez por los puntos
Talleres enfrentó en forma amistosa a Universidad Católica de Chile y Flamengo de Brasil. Jamás se cruzó con Sporting Cristal de Perú, su otro rival en la Copa Libertadores de América 2022.
Cuando Talleres viajó por primera vez a Chile, en la primera gira de su historia, el Club Deportivo Universidad Católica todavía no existía. Recién vería la luz en 1937, algunos años después de aquel cruce de la Cordillera de los Andes que la delegación albiazul, presidida por el escritor Juan Filloy, realizó en tren para medirse con Santiago Unido y los seleccionados de Santiago y Valparaíso en 1923. Cuando “Los Cruzados” daban sus primeros pasos, la “T” ya sumaba ocho vueltas olímpicas en su historial.
Los destinos de Talleres y Universidad Católica, ambos identificados con los colores azul y blanco, recién se toparían en 1981, en un momento de máxima tensión entre los gobiernos argentino y chileno por el llamado Conflicto del Beagle. Fue en el Estadio Nacional de Santiago, escenario tristemente célebre en aquellos tiempos de dictaduras.
El partido, un amistoso armado a las apuradas, se jugó el martes 8 de setiembre, cinco días antes del debut de Talleres en el Campeonato Nacional. Humberto Pablo Taborda se había hecho en forma interina del equipo de barrio Jardín, mientras Amadeo Nuccetelli -el expresidente que desde esta semana tiene su estatua al frente de la sede albiazul- negociaba en Buenos Aires el desembarco de Ángel Labruna.
Aunque por contrato se había estipulado la presencia de los campeones mundiales del ’78, faltaron a la cita Miguel Oviedo, que estaba lesionado, y Daniel Valencia, Luis Galván y Héctor Baley, quienes pidieron no viajar por el trajín que arrastraban con el seleccionado. Tampoco se embarcó Victorio Ocaño, que negociaba los términos de un nuevo contrato con la entidad. “El Hacha” Luis Ludueña, otras de las figuras de aquellos tiempos, probaba suerte en San Lorenzo de Almagro, convocado por “el Toto” Juan Carlos Lorenzo para sumarse a la inédita experiencia del Santo en la B.
Universidad Católica ganó 5-1 aquel duelo de hace cuatro décadas. “Enfrentamos a un equipo armado, que había derrotado a Racing y Ferro, y nosotros fuimos desarmados a jugar. Las cifras son categóricas”, se sinceró
“el Cacho” Taborda.
Primero y único
“El encuentro gustó al escaso público que llegó al principal coliseo deportivo chileno y fue disputado durante gran parte de su desarrollo bajo un clima lluvioso que dificultó el accionar de los jugadores”, informó el diario Córdoba, citando a la agencia AFP. “El elenco argentino se mostró muy displicente y sin chispa, dejando jugar al mediocampo cruzado, que se adueñó de su sector para alimentar a su ofensiva”, añadió el escrito.
Héctor Francino, Daniel Silva y Óscar Arriaza (3) marcaron los goles de la “U” Católica, y el brasileño Julio César anotó para la “T”. Los cordobeses formaron con: Quiroga; Carabelli, Astudillo, Cuciuffo y Pavón; Bustos, Lucco y Valencia; Bocanelli, Bravo y Julio César.
La experiencia transandina se completó con un partido ante Colo Colo. De ahí los jugadores viajaron sin escalas a Junín, para visitar a Sarmiento en la inauguración de un nuevo certamen oficial. En ese juego Talleres sumó otras dos ausencias por cuestiones administrativas: Ángel Guillermo Hoyos y Roberto Mosquera. Hoyos había sido el elegido para dirigir a Talleres en la Libertadores 2022, pero un prematuro despido lo dejó con las ganas; Mosquera volverá a Córdoba en el banco del Sporting Cristal de Perú, equipo que por primera vez se topará en cancha con el Albiazul.
Aquel debut del Nacional fue un opaco 0-0. Ese fin de semana, la final del Provincial entre Unión San Vicente y Belgrano, y la pelea por el título mundial supermosca entre el villamariense Gustavo Ballas y el surcoreano Suk Chul Bae acaparaban la atención de la afición deportiva cordobesa. Algunos portales, incluida la página oficial de Talleres, dan cuenta de otro antecedente entre el conjunto albiazul y la “U” Católica, el 8 de marzo de 1953. Un simple y esencial ejercicio, el ingreso a una hemeroteca para la consulta de los archivos, basta para confirmar que el rival de aquel partido – empate 2-2 en La Boutique- fue Universidad de Chile.
Saudades
El segundo capítulo de la sexta temporada de Talleres en los torneos de la Conmebol tendrá como locación el Estadio Maracaná, la próxima semana frente a Flamengo. El duelo ante los cariocas también registra antecedentes amistosos: dos enfrentamientos en Córdoba. El primero fue el sábado 28 de enero de 1961, la noche en que La Boutique se convirtió en el tercer estadio iluminado de La Docta. A la misma ahora, en el mítico cuadrilátero del Córdoba Sport, se presentaba el campeón mendocino de peso liviano, al que algunos medios anunciaban erróneamente como Nicolás Locche. En realidad se llamaba Nicolino y años más tarde pasaría a la historia del boxeo mundial con el mote de “el Intocable”.
Flamengo fue el iluminado de aquella noche. Ganó 5-0 y los medios locales destacaron su actuación como “una lección de fútbol moderno y práctico”. Los goles fueron convertidos por Mané (2), Didá (2) y Moacyr, estos dos últimos integrantes del seleccionado brasileño campeón mundial en Suecia ‘58.
“La extraordinaria expectativa que despertó en el público local la presentación del fútbol brasileño, considerado como el mejor del mundo, tuvo una justa compensación en la convincente exhibición de Flamengo. Pero la fiesta no fue completa. La pobrísima labor de Talleres restó dimensión al acontecimiento que el partido significaba para la institución local”, se leyó en las páginas del diario Córdoba.
Dirigido por Atilio Willington y capitaneado por Miguel “Wanora” Romero, Talleres se presentó en aquella ocasión con los siguientes jugadores: Taboada (Serra); Ponce (Joaquín) y Kasparian; Campos, Cortez (Rodas) y Beltramone (Scurtti); Contessi, Sánchez (Daniel Willington), Romero, Westcha y Salas.
Reencuentro
Habría revancha 17 años después. “El estadio del Mundial reabre hoy sus puertas”, se leyó en el diario Córdoba del martes 1° de agosto de 1978, el mismo día en que el dictador Jorge Videla anunciaba oficialmente el inicio de “la segunda etapa” del llamado Proceso de Reorganización Nacional.
“La fiesta quedó pendiente”, tituló el vespertino en su edición del día siguiente, dominada por la noticia de la muerte del líder radical Ricardo Balbín. “Partido monótono, que no satisfizo al público”, añadió sobre el 0-0 en el Chateau. “Nuestro juego es de toque y ofensivo, y estoy seguro de que daremos un buen espectáculo. Si Talleres es tanto como dicen aquí, sin duda será un partido de buen nivel”, había dicho un día antes Adilio, volante del “Fla” que tres años más tarde le marcaría un gol al Liverpool en la final de la Copa Intercontinental que su equipo ganó 3-0 en Tokio.
Guibaudo; Astudillo, Galván, Oviedo y Ocaño; Reinaldi (Binello), Ludueña (Cabrera) y Valencia; Bocanelli (Britapaja), Bravo y Cherini (Alderete), fueron los jugadores de la “T”. Flamengo llegó a Córdoba sin su máximo estrella, Zico, y tuvo en sus filas a Junior, también prócer del club carioca. Algunos días después Talleres iniciaría otra de sus típicas giras de aquellos tiempos, esta vez por Estados Unidos, España, Turquía y Grecia.