Fútbol
Esto no es Messi
Al-Khelaifi, negociados y PSG
Cuando Emir de Qatar decidió formar un fondo de inversión y apostar a los deportes como negocios, le dió la presidencia del mismo, a un viejo amigo que conoció de chico, jugando al tenis. Nasser Al-Khelaifi, había Sido tenista profesional y solo había conseguido ganar, poco más de diez mil dólares, antes de recibir la propuesta de guiar la nueva empresa. Hoy, Al-Khelaifi, es uno de los hombres más ricos del mundo y es reconocido como el dueño del París Saint Germain.
En su estadía en la capital francesa, fueron muchos los cracks que dejaron ligas más poderosas desde lo competitivo, para vestir la casaca del PSG. Sus maximas contrataciones, son contemporáneas: Neymar dejó Catalunya y Mbappé dejó Mónaco para convertirse ambos en emblemas de París. Llovieron los títulos pero Europa les fue siempre esquiva y la Champions es la deuda pendiente. Para esta temporada, el PSG rompió otra vez el mercado, con Sergio Ramos como abanderado, pero el destino les tenía preparado, un guiño tan impensado como soñado.
Lionel Messi, abandonaba Barcelona en una extraña salida y en un par de días posó su magia en París. Todo fue locura. Millones de euros se pusieron sobre la mesa de los Messi y fueron recuperados en días, con nuevos contratos, ventas de merchandising y todos los negocios que se puedan imaginar. El maximo logro de Qatar, organizar un mundial, quedó opacado por la presencia de Messi en el PSG. Quizás Lionel pueda darle la Champions pero seguramente no hará rico a Al-Khelaifi, este ya lo era.
Patrocinado por un régimen autoritario como el Qatari, dónde el emirato tiene un poder que se pasa de generación en generación y dónde se usa todo ese poder para realizar todo tipos de negociados y ser serviles a los poderes imperiales. Llevó el Mundial de la FIFA a Asia y hasta lo corrió del calendario habitual. Cuando llegue Noviembre de 2022 el mundo se arrodillara ante la opulencia Qatari.
Estadios majestuosos con aire condicionado en las tribunas, en los pasillos, en los baños creando un clima que no es el que existe afuera, en cuanto a temperatura. Pero debajo de esos gigantes de cemento, yacen miles de trabajadores esclavos que dejaron su sudor, su sangre y muchos sus vidas para construirlos. Vivieron hacinados, cobraron monedas, no gozaron de derecho alguno y serán olvidados cuando la fiebre del Mundial pase.
Algunos jugadores, como Toni Kross levantaron la voz, pero no mucho más. Cómo siempre pasa, cuando el capitalismo mata, los medios miran para otro lado o lo tapan con titulares pomposos, dejando atrás las historias detrás de esas majestuosidades. Si los gobiernos fueran de otros signos, la falsa moral denunciaría las violaciones a esos derechos humanos, vulnerados. En síntesis, el mercado se codea con el poder y este es dueño de los medios de comunicación, nada nuevo.
Quizás los petrodólares que llevaron a Messi al PSG estén muy manchados. No solo de mugre, también de sangre. Pero eso es la realeza de Qatar. Pero eso será el PSG. Por suerte, Messi es fútbol. Por suerte Messi no es esto.